Hasta el medio siglo (2041-2060) El Centro experimentará entre 3°F y 5°F grados de calentamiento. El número de días de calor extremo (de más de 95°F) aumentarán a trés o cuatro veces comparado al promedio de hoy, dependiendo de la cantidad de gases con efecto invernadero que emitimos. El calor también empeorará los problemas del agotamiento por calor y los golpes de calor. Estas altas temperaturas continuarán hasta la noche, cuando el cuerpo normalmente estaría descansando.
Las islas de calor típicamente suben las temperaturas 1.8-5.4°F durante el día y hasta 22°F en la noche. La demanda por electricidad en general y la demanda en hora punta continuará creciendo mientras más personas se queden dentro de estas áreas densas y calurosas. Esta demanda aumentada supondrá un desafío para las redes eléctricas, los cual causará apagones para evitar el peor de los casos, un corte completo de la luz.
La calidad del aire empeora durante periodos de altas temperaturas porque el calor crea más ozono y el asfalto causa más degradación en las llantas de automóviles cuando está caliente, esto también contamina el aire. La isla de calor contribuirá a altas temperaturas, y también agravará problemas con la salud pública. La mala calidad del aire causa y/o aumenta el asma y alergias, y también las enfermedades cardiovasculares o respiratorias. En general, las nuevas olas de calor que estamos experimentando serán aún más fatales que antes.
Mucho del agua de LA es importada. El cambio climático ya ha mostrado que LA debe estar listo para los cambios que vienen en nuestro suministro de agua. Las sequías se volverán más severas por la subida de temperaturas, evaporación aumentada y disminución en la humedad de la tierra. Capturar el agua será más importante que nunca. Sin embargo, el cambio climático creará lluvias más extremas, lo cual hará que sea más difícil capturar la escorrentía de aguas pluviales. Si seguimos emitiendo carbono como ya estamos haciendo, en el 2050 podríamos ver un aumento de 25% en eventos de lluvias extremas.